Publicaciones - El cantar de las amantes

En esta obra, la autora lleva a cabo un homenaje y un diálogo con la mujer artista, poeta y amante real o literaria, a través del binomio literario Eros/Thanatos.

Índice de la obra

Presentaciones

Reseñas y comentarios

Ficha bibliográfica

Texto del libro completo y revisado en PDF

Homenaje a la poeta y al poeta suicida.

"Y ahora soy
espuma de trigo, resplandor de mares"
Sylvia Plath

ESPUMA ESPUMA

Tragarse el mar respirar agua azul
limpiar con su sal los pulmones enfermos
de ese alquitrán del tedio que atrapa a algunos
seres que se escriben y pactan con la muerte
y has de estar en el mismo saliente
de piedra en la misma grieta
del cristal para comprenderlo

pero dejan su estela enrojecida
sólo para los otros
para muchas de ellas de ellos no hay tragedia
sólo hay ese deseo de cortar la última
hebra
salir de la jaula del mundo
sólo el pulso final el instante febril
de desenmascararla de mirarle a los ojos

sólo querer ser un mar silente
las olas
cercenando las púas de la angustia
entregando la raíz de la voz
a la gruta de las palabras
sólo ser píldora enrocada del reposo
disolver la conciencia
inundar la memoria ser nada

espuma espuma

Primer poema del libro
“El cantar de las amantes”

LA FLOR DEL HIBISCO

XV

Y cuando de los ojos de la memoria
Se aleje la flor de los almendros
Y las ramas colmadas de los cerezos:

Sin ninguna inocencia
Quisiera que la bondad triunfara,
Poder reconocerla en la mirada
De las fotografías que guardemos,
Y una pequeña sombra de misterio,
Como cuando la abuela me contaba
Historias
De endiabladas y hechiceras al calor
Del fuego,
En los tiempos que las flores sucumben
Tras el rocío, a las fuertes heladas
De un invierno.

XVI

    Pero sella ahora
    Con tus dedos mis labios,
    Bañémonos en el ancho silencio
    De nuestro regocijo,
    Y seamos austeros
    En presumir la dicha,
    ¡Es tanta la soledad, que deja
    En los seres el olvido…!

    No tentemos la envidia
    De esos dioses menores
    Que ni al cielo ni al infierno
    Pudieron acceder,
    Y como aves nocturnas
    Con su mirada oculta
    Acechan la belleza,
    Acobardados
    De todo lo que libremente aflora
    Y sigue persistiendo.

XVII

Seamos generosos,
Hagamos de nuestro amor
Frutal palacio en el desierto,
Hibernal jardín de peregrino.

Dibujemos de nuevo
El mapa que nos atesoró,
Para que abra caminos
A quien busca que un día
El sol que lleva adentro
Amanezca bien alto
En otros ojos.

Tres últimos poemas del libro
“El cantar de las amantes”

La Rosa (poema). Foto: E. Velo